Durante los últimos años hemos sido testigos de una serie de despidos masivos en los medios de comunicación de Chile. 100 trabajadores fueron despedidos de El Mercurio en enero de 2019, menos de un mes después de que la sociedad dueña de dicho diario despidiera a 78 profesionales de sus medios regionales. Su directo competidor, Copesa, desvinculó en 2018 a gran parte de los equipos de medios como revista Paula, Qué Pasa, diarios La Hora y Pulso. El departamento de prensa de Mega despidió a una veintena de profesionales en octubre pasado, situación similar a la vivida meses antes cuando Canal 13 cesó las funciones de casi 300 personas. A comienzos de agosto de 2019, el canal estatal, TVN, despidió a 56 trabajadores, 10 de ellos pertenecientes al departamento de prensa, y La Red a 20 más. Antes de que ocurriera el estallido social (en octubre de 2019, meses después de la postulación de este proyecto) estos eran algunos de los ejemplos más destacados por los propios medios chilenos y por las redes sociales que daban cuenta de la crisis que la profesión periodística estaba sufriendo en nuestro país. Explorar cómo este nuevo contexto se asocia una creciente precarización laboral del periodismo en Chile, y de qué manera esto podría afectar el pluralismo informativo que los propios medios deberían ofrecer, fue la motivación detrás de esta propuesta.

     Los periodistas son los protagonistas de esta crisis: son los principales afectados, son los agentes de cambio y son los actores a cargo de asegurar el pluralismo informativo en la entrega noticiosa a la sociedad chilena. De allí la importancia de escuchar su voz y reconocer sus percepciones sin la rigidez que imponen herramientas como las encuestas. Es por eso que esta propuesta se inscribe en una perspectiva cualitativa, que posibilita escuchar a los sujetos que son objeto de la investigación de manera directa y en profundidad.

     La crisis que se evidencia en el periodismo chileno no es exclusiva del nuestro país, sino que corresponde a la manifestación de una serie de situaciones y desafíos descritos a nivel global que han tenido como consecuencia la precarización del empleo. Este estudio, con su foco en los periodistas mismos, permite conocer una dimensión poco explorada en Chile, y que se extiende más allá de las condiciones estructurales que afectan a la industria de los medios (concentración, creciente comercialización de contenidos, etc.). Si la crisis de los medios la sufren los profesionales que laboran en ellos para reportear y dar a conocer hechos de interés público, conocer directamente la forma como ellos experimentan esta crisis y las consecuencias que ellos ven para su trabajo profesional, resulta fundamental para entender las posibilidades reales que tiene los medios de garantizar una cobertura noticiosa pluralista guiada por estándares profesionales y éticos.

     Los resultados de esta propuesta buscan entregar herramientas a los periodistas y a las escuelas de Comunicación de Chile, que se encargan de la formación de los futuros profesionales del sector, para, a partir de un diagnóstico de lo que realmente ocurre en Chile, puedan ir adaptándose a las nuevas circunstancias sin perder de vista los objetivos centrales de su profesión (entregar información de calidad, independiente y útil para que el público pueda actuar en el sistema social).